Sabía que lo que soñaba se iba terminando y que era mentira.
Hoy me visitó en el escenario de lo onírico mi abuelo.
Y no quería q se termine.
Habíamos ido a la peatonal de Mar del Plata a "no mirar vidrieras"
Nos sentamos en un bar a comer el maní contenido en esos recipientes q usas tres dedos como pinzas y a tomar cerveza servida así no más.
Después nos teletransportamos a Empalme para que me cocine papas fritas y huevos fritos, hicimos sobremesa criticando a la selección y a Independiente.
Por último se fue a dormir la siesta y yo le dije que me iba a comprar algo, me pide que le traiga lo mismo, le pregunto si quiere uno solo y me responde que le traiga dos. No sé que era.
Yo ya estaba en la frontera del sueño y la vigilia, entre contarle rápido a mi familia que mi abuelo estaba vivo y verlo irse una vez más a la eternidad de los recuerdos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario