Uno mismo (o parecido)

Decidimos si reír o llorar, por boludos o por locos, por ingenuos o por borrachos, por tranquilos o por perseguidos y no sabemos que es por historias o por histerias, por conchudas o por forros, por uno mismo o parecido.
En los planos de la vida hay diferentes elecciones, sino estamos bien seguros es mejor hacernos los boludos antes que la duda nos domine y hagamos algo parecido a lo que es uno mismo.
La cabeza se nos aísla en un fondo todo negro, con lo bueno por un lado, con lo malo por el otro, y vos le haces casos a las cagadas que te llevan al festejo que se convierte en un lamento de mañana y todo es por uno mismo o parecido.
Que la culpa no te pesa, lo que pesa son los ojos, de mirar a una princesa en el contexto de una voz que te susurra "terminala embarrando" y que los días se encarguen de borrarte.
La cuestión es mas compleja si hablamos de traiciones, de romper todos los códigos y amigos que desaparecieron, de unos giles que se creen sabios por avisar lo irreversible de que hay hombres parecidos a uno mismo.
Parecido no es igual, parecido no es desigual, parecido son las diferencias y similitudes, similitudes en las diferencias, diferencias en las similitudes, iguales, distintos.
Uno mismo es lo perfecto por eso actuamos a lo mas cercano a eso, a lo mas parecido a eso, que puede ser un perfecto error o un perfecto acierto.

De los días tempranos en noviembre del año pasado

Hotel Otoño

Los días parecen confundirse en la estadía de este hotel, adonde quiere que me escape el fantasma sigue ahí. Los caminos adoptados huérfanos de mis pies, se caminan por extraños que no te dejan ser. La sombra de los limites que se marcan sin avisar, no esperan respuestas ni una explicación.
La hojas explotan por la estación de marrón y cielo gris, de cartón y almacén, de te y humedad.
Hola encierro platense ¿como estas tu?

Por venir

Cuando estamos lejos y buscamos el porque, cuando estamos solos y acortamos la distancia pensandonos.
Si la vida sigue igual y las voces ya no están, los recuerdos que deliran en la capital de avenidas y esperar.
Cuando corremos sin avisar esquivamos lo que hace bien, de juntar las manos por los dos y mirar un poco el mas allá, no se puede estirar lo que algún dia se va a quebrar.
Cuando mis palabras dejen de susurrar y la voz firme se haga oír buscaremos cada uno su propio porvenir, gracias por venir.

Judith

Hacia tiempo que no veía el sol.
Hacia mucho que no respiraba aire puro en el parque.
Hoy la ves con su pullover color bordo
y sus zapatos llenos de tierra, así va Judith.
Con sus pecas remarcadas y su historia de amor,
así va Judith.
Bajo un árbol escribe los obstáculos de su vida
y disfruta del viento, muy bien Judith.
En tiempos de oscuridad, de desvelos y tristezas,
Judith se fortaleció y ahí la ves sentada en el pasto
con su nuevo amor.
Esta bien, se envuelve en su bufanda,
se abraza al otro cuerpo, es fuego y ella lo siente,
no se desprenda, Judith hoy te veo mucho mejor.
Años atrás reventábamos las botellas contra la pared
y nos bañábamos en sangre por dolores ajenos.
Nos acostumbraron a pastillas
para que con ojeras volvamos a dormir abrazados.
Cuando me fui, cuando te encerraste,
cuando el duelo floreció y las conclusiones
pasaron a estar en estado vegetativo,
miro atrás y sonrío.
Podes disfrutar del sol, volvés a escribir
y mis heridas se cicatrizaron.
Con tu sonrisa al compás de los rayos,
me pongo de pie, te pido un perdón que no vale nada
y le pongo candado antes de tirar al vacío
a la historia del bastardo que enamoró a la reina del otoño.