Jacarandá

Subo las escaleras y me canso,
me canso de ver al jacarandá escondido, que tiene todo para regalar. 
Y convoca miradas de orígenes múltiples
en distintas perspectivas 
el jacarandá quebrado, gris, como el cielo,
como mi cuerpo espiándolo desde un balcón lleno de humedad. 
Acá hay vacíos 
Vacío de heladera, vacío de amores, vacío de vicios.

Jacarandá oculto, como las sombras que no existen en los días nublados. 
Y no hay forma que no lastime mi vista buscándote sin saberlo,
no hay chance que a esta altura no imagine un precipicio.

Jacarandá perdido, Jacarandá misterio. 

Agua que retumba en mi panza,
que hace un rezo al cielo rogando por lluvia. 

Porque todo se acelera en las tormentas.

Y mi mente se retuerce preguntando si al pasar por la vereda,
recogerás mi corazón del piso,
para que de una vez por todas llueva sangre
o
lluevan pétalos violetas en todo este barrio donde nunca nos cruzamos.