Víctima en las alturas

Ya cansado de caminar, de andar y de andar. El equilibrio no siempre aparece después de una perturbación. Las palabras en cada lluvia, en cada desaparición. 
Hoy estoy cansado y es de verdad. Ya no dudo, ya no juego y no amago al volar.
Lo que se deja en el tiempo son recuerdos que algún día en la nostalgia de volver atrás siempre van a estar. Hoy estoy cansado de tanto rodar, de golpearme entre los besos, los suspiros, los abrazos que nunca supe dar. Ya miro las cosas y disfruto lo sencillo, de emborracharme con extraños y que no los vuelva a ver. Qué pena tantos años caminando en la ceguera, de dejar las risas y las buenas compañías, que por loco pero bueno, deje en la melancolía de estas flores de febrero. 
Los eternos que conocen el camino anestesiado, ya no nutren estimulantes para seguir hablando con la pared. Estoy cansado y no miento, hoy no voy a estar en tu cabeza. 
Entonces, lo que fue no está, lo que dejó se fue y lo que queda es la realidad.
Dos extraños que siempre se conocieron se dicen en los ojos: esos días que no volverán. Si el fuego es de a dos, el fuego se apagó y las cenizas se volaron en el viejo ventanal. Como pasa el tiempo en tantos momentos, como pasa tu vida en tantos lamentos. Dos que ya no son dos, uno que se queda en los bares y el otro que se queda en las alturas. 
Juegos de reducción en transformación de víctima sentimental.

Nombres de mujeres


Eva está llenando la cabeza de que hagan siempre lo prohibido, Norma está siempre vigilando que Soledad este bien acompañada.
 Estrella se hace siempre la importante pero está a la sombra de su hermana Luz y todas se sorprenden una y otra vez por las cosas que hace Milagros.
Dolores ya trabaja en hospitales de hace tiempo, escucha lo optimista que es Esperanza al hablar de cosas tristes.
María Juana vive siempre muy alegre, no es tan dura como Josefina. Lujan caminaba y rezaba todo el tiempo, Carla era la trola de la fiesta y Ángeles la santa de la misa.
Selva era fanática de animales, Conchita era una gallega contradictoria y Jazmín se sentía bien en primavera pero no tan bien como Flor.
Encarnación pensaba siempre en otra vida, conocía muy bien a Esmeralda que siempre llevaba colgantes hermosos.
Violeta se bailaba todo con Alcides cuando Cielo se colgaba en las nubes, Rocío disfrutaba del invierno y Abril estaba cómoda en otoño.
Blanca combinaba siempre de negro y Celeste amaba a los uruguayos, pero era tan Argentina como Malvina.

Bella era hermosa como su madre Alma que llenaba los vacíos espirituales y su tía era Consuelo que era sanador estar entre sus brazos.
Felicitas era la gorda del colegio de buena calificaciones, Rosario siempre estuvo cerca y Gertrudis era la bruja conocida. 
Hortensia de buen culo y pocas tetas nunca escuchaba a Socorro cuando pedía ayuda.
Gracia contaba buenos chistes, Ida no andaba con muchas vueltas y Dominga era aburrida y dormilona.
Todas parecen perdedoras si hablamos de Victoria aunque no festeje tanto como Gloria.