Verdades finales

Quizás cuando la luna ya no anuncie lluvia
O se caiga el muro impenetrable de tu conciencia
Quizás cuando el viento sople más fuerte 
Mutando nubes por un toldo de estrellas 
Quizás cuando el charco sea un cráter 
Y la tierra seca cicatrice la nostalgia

Aparecerán verdades finales en formas universales

Pero, mientras tanto tengo la barba con olor a humo 
De los pensamientos que subestiman el fuego 

Quizás muten las palabras en silencios de duelo
O aparezcan otros cuerpos reencarnando ideales
Quizás en el Empalme devele el misterio 
O en el Alberti se congele la incertidumbre
Quizás estrene la fe esta tarde
Compartiendo la miel de mis entrañas

Aparecerán verdades finales en formas universales

Pero, mientras tanto envió a la hogera los conejos de la buena suerte
Allí van también los deseos que abandoné 







Bronca

De estar tirado acá mirando la televisión apagada. 
De revolver acertijos que ya no puedo responder. 
De esta angustia que no para. 
De no compartir el deseo para no romper singularidades. 
De las cosas que no me doy cuenta. 
De las cosas que no te das cuenta. 
De hacer como si nada cuando en realidad es todo. 
De mirarte distraída. 
De no rogar. 
De no poder solucionar las cosas como en las novelas. 
De las cosas que tienen tu nombre. 
De volver a fumar. 
De mis ratos libres y tus ratos ocupada. 
De las canciones tristes. 
De los segundos que separan las palabras y nos entierran bajo un hermoso árbol, que es el único testigo, en la fantasía de lo que es o la nostalgia de lo que fue, la realidad de lo que viene, un colibrí en la flor, que resume el polen del amor, devorado por el aire, que es la nada, es el vacio, es un fondo todo negro, de suspicacias y vertientes caídas en un desierto de cenizas, que con agua salada de las pieles, rezan por el fénix, a ver si viene a encenderlas.