Todo nace para morir
Para seguir el curso y desembocar.
Al tiempo usarlo para alimentar
nuestras vidas
Y a las cosas que nos hacen mal
transformarlas
En un viaje que acerque nuestros
cuerpos un poco mas.
Si nunca vamos a saber mañana que va a
ser
Si todo lo que hay es hoy y las nubes
en las que
me voy a soltar a volar. Cambiar el
azar por ideas
O entregarnos a él con los ojos cerrados
y el corazón en la mano
Eso que está en el cielo y nos alumbra
es el sol
Y eso que se mueve con el viento son
nuestras
Almas secándose.
Tu alma cansada de dar,
Mi mente rompiendo todo
Y volviéndolo a armar.
Las
sobras, los autos, las luces
Son al menos dos las caras de la
realidad
y todo es su fiel reflejo.
No vale la pena escapar si no hay
lugar a donde ir
Es más sincero no decir que hablar más
de la cuenta.
El día dura siempre lo mismo.
El día es ahora y ahora es siempre.
Cuantas caras, tan extrañas
Tan tapadas por la fuerza del poder.
Cuantas voces, en dos voces
Que tiran de la cuerda que sostiene
Sobre nuestras cabezas
La espada del hambre, la espada del
odio
La espada de dios.
La ciudad no es el problema
el problema es el dolor de sentir
imposible
Llegar a la mente con el corazón.
Y querer salir de esta caja
A buscar algo nuevo, algo más que solo
Ver salir el sol.
¿Cuántas veces me asomo al balcón
a mirar nada?
¿Cuántas veces me voy a quejar de esa
luz
que prende y apaga?
del amigo Poticato para sus cabezas
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