En los
amores no hay plurales, si en las drogas no hay sustancias y en el nido puro
huevo, pero que no es perder tiempo. Un defecto que es sin causa, si no hay
voluntad que valga, que corra como el agua sobre piedras que hacen montañas. De
repente no se saca la cabeza de una imagen y hasta que no haya reencuentro no
hay sabor que valga. Los serían que serían sino están atravesados por el juego
de palabras, que nos dejan transparentes a cortarnos las pelotas. Pero en el
baile se baila y aprendimos a domarnos para que entre mentiras se pellizquen
las verdades, de que somos lo que somos, que lo oscuro es el pasado, que tus
risas hacen mezcla de tabaco y chicle de menta. A veces los impulsos pueden más
que la cabeza o es el inconsciente que me deja tan desnudo, de volar casi sin
plumas y que logre convencerte, que leo el futuro y te conozca hace rato. No te
miento si te digo, que hace mucho no escribía, pero estoy convencido que sos mi
musa preferida.
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