Allá en el pueblo

Una vez, allá en el pueblo, buscaba lo que solo se encuentra...No lo esperaba y me animé, dejarme llevar fue natural.
Cuando el frió se transformó en verano, nos dimos cuenta que juntos eramos uno y nos abrazamos para confirmar lo que se siente de verdad, que no se puede esquivar como errores que hacen mal.
Una vez, tomo el lugar, el problema de lo temperamental y nos sentamos a charlar, para poder continuar la historia sin final que nos encierra sin cesar, en un contexto de caricias y plenitud. Pero igual alguna vez hubo idas y vueltas de temor, por los ruidos de lo superficial que no importan cuando ya, nos besamos sin hablar para poder engrosar la textura de nuestro amor, que no se puede quebrar.
Una vez, cayeron hojas y todo parece aclarar, que el sentimiento es lo que cuenta, que hay momentos que no se olvidan, que los granitos se hacen desiertos y que falta por recorrer, la vida juntos, felices, de la mano, perdices.
Una vez, sentados ya, los dos pudimos mirar para atrás y sonreírnos al recordar, la compañía...articulada, ese contrato tan exclusivo y un mundo inmerso en cosas lindas.

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